Ya sé que estás buscando un
buen lugar para tus vacaciones, un lugar donde puedas sentirte como en
casa, que te ofrezca garantías de obtener el merecido descanso:
disfrutar tus lecturas preferidas junto a la fuente del patio, la
chimenea o la terraza; tomar el sol tranquilamente y sin testigos; donde
poder descansar, si es eso lo que buscas pero también desde donde
tengas un fácil acceso a otras muchas posibilidades que yo, modestamente
te ofrezco.
Mi nombre, El Pilarillo, tiene su origen en un
antiquísimo abrevadero (quizás anterior a los árabes), que permanece
bajo tierra, a mis pies; pero en sus tiempos, este nacimiento de agua
dio de beber a muchos animales y fue origen de juegos y diversión para
los niños y niñas del barrio.
Si eliges vivir aquí, tienes
aseguradas varias cosas: mucha tranquilidad, mucho espacio para moverte
en mi interior, todas las comodidades de un auténtico hogar, buenas
vibraciones...; todos los que me han visitado dicen que soy muy
acogedora.
Ahora las cosas han cambiado, pero hubo un tiempo
en el que desde mi terraza podíamos ver la Laguna, esa hermosa zona,
(humedal la llaman ahora) donde puedes realizar un montón de
actividades: senderismo, bicicleta, avistamiento de todo tipo de aves
autóctonas y migratorias, recolección de plantas medicinales y cierto
tipo de setas; incluso hasta podrías navegar en sus aguas. Y algo que
sólo encontrarás en este entorno de la Laguna: la posibilidad de
recorrer a pie, un tramo de la antigua ruta que siguieron todos pueblos
desde la costa mediterránea hasta el interior (las carreteras y autovías, vinieron mucho más tarde). Cuya singularidad consiste en poder
contemplar las marcas que dejaron con sus carros, que para salvar el
obstáculo de las aguas, tuvieron que ser conducidos por entre las rocas
del monte, donde han quedado sus huellas para siempre.
Yo me
siento muy bien aquí, a la sombra de los montes más emblemáticos de mi
pueblo: Los Montes de El Manar. Han sido y son una fuente de riqueza por
sus valores naturales, vegetación de pinos y chaparrales, posibilidad
de practicar la caza de temporada, recolectar setas como el boletus, el
pie azul, el níscalo, distintas variedades de champiñón, etc. Aunque la
actividad de más solera y más querida por todos los vecinos es la de ir
allí a "por leña" para la fiesta del Patrón que es San Sebastián. Son
grandes montones de tomillo, romero, juagarzo, etc, que arderán al paso
de la imagen del Santo venerado.
Este pueblo te ofrece
interesantes muestras del arte sacro andaluz en su Iglesia Parroquial
con artesonado mudéjar, la Casa palacio de los Condes de Padul, que fue
un antiguo castillo árabe en el que ocurrieron episodios de gran valor
histórico y donde más recientemente se ha rodado alguna importante
película. Y ofrece también una gente muy amable dispuesta siempre a
ayudar a quien lo necesite y siempre con ganas de pasarlo bien, en
cualquier ocasión.
Por mi puerta (Calle
Lavadero, que se llama así por la presencia de un lavadero restaurado,
del siglo XVI, ) pasan casi todas las procesiones: San Sebastián, Semana
Santa, etc. Desde la otra puerta (Calle Pradillo), tienes el mejor
acceso a las diversiones que ofrecen las Fiestas y Feria Real de Ganado
que se celebra a finales de septiembre, sin recibir las molestias que
ocasionan los ruidos de columpios y otras atracciones feriales. El
programa de fiesta puede cambiar, lo no va a cambiar es la posibilidad
de conseguir un desayuno gratis a base de huevos con espichás. Sí, muy
original y servido por los más graciosos del pueblo que son los que
salen en las comparsas del Carnaval.
Desde
aquí tienes la posibilidad de tomar el autobús que te llevará a
Granada, capital para realizar tus visitas a monumentos como la Alhambra
y el Generalife, la Catedral renacentista, los Baños Árabes, etc. Y no
digamos, todas las oportunidades que te ofrece una ciudad donde puedes
pasear y disfrutar de sus bares con terrazas y buenas tapas, asistir a
conciertos (Festival Internacional de Música y Danza), teatro, compras,
etc. No, no me olvido de la Sierra Nevada, que dispone de magníficas
pistas para la práctica del eskí en invierno, pero que también te ofrece
la posibilidad de realizar bonitas excursiones de alta montaña: subida
al Veleta y el Mulhacén, el Cerro del Caballo.
No me olvido
del Mediterráneo que queda a media hora de coche y donde podrás
disfrutar de los mejores momentos que el mar ofrece a quienes gustan de
bañarse en sus aguas, navegar, pescar, etc. Y entre Padul y la costa se
encuentran los pueblecitos del Valle de Lecrín, que es como un huerto
florido y aromático cuando todos sus naranjos ofrecen la blancura del
azahar, en primavera y el colorido de sus naranjas y limones.
Si,
con todo lo que te he contado, me eliges, te aseguro que no te vas a
arrepentir, porque he dejado para el final presentarte a Inma y
Cipriano, que están deseando recibirte y ofrecerte todo lo que esté en
su mano para hacer que tu estancia sea inolvidable e incluso te queden
ganas de repetir.
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